Bitácora 53

Cuando el invierno se instala definitivamente y lo invade todo, se hacen duras las mañanas en soledad. La leña de la estufa se apagó en la noche, el baño no funciona, se ha congelado, todo es escarcha, el cerrojo esta petrificado, no puedo abrir, y Pedrito con sus rebuznos lleva pidiendo el desayuno desde hace dos horas. Entonces me pregunto, ¿ que necesidad hay ? si podría estar en un pisito de Madrid tranquilamente.

Miro el huerto, la niebla, el bosque, y me viene a saludar mi nueva cachorra. Entonces se me pasa. No estoy aquí para batir ningún récord ni demostrar nada a nadie, pero creo que la urbe capitalista y depredadora nos avoca al colapso, y solo pretendo en la medida de lo posible, actuar en consecuencia cultivando mis alimentos, generando mi propia energía, reduciendo la huella ecológica y construyendo mi propio hogar, aunque luego claro… todo funcione regular.

Y así, mientras en la ciudad ahora se debate, sobre ganadería extensiva insostenible o macro granjas mas insostenibles todavía, aquí apostamos por un futuro vegetal y por eso estamos creando un bosque comestible. Les compañeres de Hebra Comunidad han plantado decenas de frutales impulsando el proyecto, contagiándonos así del optimismo que necesitamos.

Bitácora 52

Pasados dos meses de la muerte de Zorro, nos abandona el bueno de Oso, fueron adoptados juntos por que me dijeron que eran amigos, y así era. El cáncer se apodero de su cuerpo, intentaba revivirlo con la quimio porque no aceptaba lo inevitable, tonterías de los humanos. En su ultima noche sus 80 kilos de ternura ya solo eran 40 de súplica. Huesos, pellejo y unos ojos que se despedían de mi con amor.

Oso tenia presencia, iba sobrado, no quería llamar la atención ni falta que hacia, no se si por pereza o por humildad. Cuando ladraba en las frías noches de invierno, cuando todos los animales están a cubierto, hacia retumbar la cabaña y toda la vega, demostraba así que tenia la solemnidad y la fuerza indiscutible, puesta al servicio del colectivo, por descontado, como buen mastín.

Realmente no concibo este proyecto sin la seguridad y el amor que nos aportó Oso. Todo y todes crecimos bajo su peludo manto, por eso se fue tranquilo y en paz.

Te estoy eternamente agradecido. Te quiero grandullón.

Bitácora 50

Hoy hemos liberado un búho chico en nuestro bosque. La asociación Brinzal, dedicada a la recuperación de aves nocturnas, va a realizar algunas sueltas en nuestra finca, ya que reúne las condiciones idóneas, por su biodiversidad y por que esta a salvo de las escopetas.

Nuestro amigo Iván nos ha contado algunas singularidades de estas rapaces, de la facilidad con la que adoptan pollos de otros individuos, de como se las ingenian para entrenarlos en cautividad para la caza y como enseñarlas a ponerse a salvo de otros depredadores. También nos ha comentado la importancia del anillado para su seguimiento y estadisticas.

La financiación se basa en el apadrinamiento de aves para sus cuidados hasta la suelta, realizada en esta ocasión por su madrina en el bosque de ARREA, su lugar de acogida. Esperamos que le guste y que tenga suerte en su nueva vida.

Bitácora 49

No salimos de una y nos metemos en otra, ¿que ha sido esta vez?. Parece ser que el vórtice polar tiene unas ondulaciones cada vez más pronunciadas, hasta llegar a nuestras latitudes, eso dicen los meteorólogos, y añaden que no solo es compatible con el cambio climático, sino que es causa directa de este. En el 2019 sufrimos una riada que les paisanes no conocían desde hace 40 años (bitácora 41), en 2020 una pandemia azota el mundo, y ahora nevadas que no se veían en varias décadas. Personalmente creo que es evidente que estamos colapsando, y no podemos escondernos ni en una cabaña alejada en el campo.

El sábado me disponía a ir a currar a las 7 de la mañana a pesar de la nevada creí que podría llegar con el 4×4. A los pocos metros un enorme chopo cortaba la carretera, al intentar volver me quede atrapado en un profundo badén. La naturaleza una vez más sometió a la tecnología.

Y así he pasado todo el fin de semana totalmente aislado, menos mal que tenia leña y comida. Durante las casi 30 horas de nevada, limpiando las placas solares para no quedarme sin energía, escuchando los arboles crujir en el bosque abatidos por el peso de la nieve y el centellear de las torretas de alta tensión. Parecia el fin del mundo, todo un espectáculo.

La tormenta Filomena ha hundido el cobertizo de las herramientas, deteriorado la valla de los burros, destrozado el cenador, canalones, pero esto solo son cosas materiales, lo que más me ha dolido ha sido el daño que ha hecho a las encinas, llevo 10 años podándolas para subirles el porte y adehesar la zona, Filomena ha partido la guía de la mayoría, ahora toca reponerse, curarlas con brea, cuidarlas… y cuidarnos.

Bitácora 48

Cuando recordamos las colectividades libertarias de la Revolución española 1936-1939, ponemos los ejemplos de Aragón o Levante, pero realmente se extendieron por los pueblos de toda la península. Aunque estos episodios históricos no han sido suficientemente difundidos, no vaya a ser que cunda el ejemplo. Ya había oído que había numerosos casos en el sur de Madrid, de colectividades anarquistas en las que se instauró el comunismo libertario.

Recientemente mis compañeres de Perales, me han proporcionado un hermoso documento que adjunto, de un pueblo de nuestra misma vega del Tajuña. Esto hace volar la imaginación, ya que es la misma tierra que trabajo diariamente, aunque leyendo el texto, llevaría cuatro cosillas como punto para la próxima asamblea.

Bitácora 47

Salí una mañana de finales de septiembre a internarme en nuestro bosque, como siempre a disfrutar de su frondoso y nutritivo abrazo biológico, y lo que me encontré fue con varias montañas de basura entre la vegetación.

Eran recientes, no llevarían ahí ni un día, y en esta ocasión eran demasiado grandes como para llevármelas yo solo, estaban situadas en la “ruta del tren de los cuarenta días”, que esta promovida y señalizada con unos mojones muy feos por el ayuntamiento de Villar Del Olmo, así que, a este me dirigí a pedir ayuda.

Me recibió un tipo con banderíta en la muñeca al que le explique lo sucedido, él me contestó que hay muchos rumanos que tiran la basura en el monte, a lo cual respondí, que en otra ocasión sorprendí a un español muy español en la misma zona tirando escombro, al que obligue de forma coercitiva a subir de vuelta a su furgoneta toda su mierda. Él sonrió y me indicó que mandara un email a la concejala de medio ambiente, o la visitara los martes, que es cuando ella está.

Mandé el correo con fotos y número de parcela. Posteriormente llame a la guardería forestal, y dos agentes se personaron en el lugar levantando acta y tramitando la pertinente denuncia.

Durante la segunda reunión con la responsable técnica del ayuntamiento, y otro señor que en silencio sujetaba la fotocopia de mi denuncia, esta, me dijo que el tema de vertidos era una lucha personal que ella tenía desde hace tiempo, yo le pregunté en qué tipo de acciones se concretaba esa “lucha personal”, de la que yo no dudaba, a lo cual no supo que responderme. Eso sí, me dijo que no disponían de presupuesto para estas cosas, que no me podían facilitar contenedores, y que ella tampoco podía mandar a la cuadrilla de limpieza, con el hermoso camión que tienen. También le comenté que la basura está en una de las rutas que promocionan y que a escasos metros del vertido, en nuestra finca, han puesto un cartelito que dice “biodiversidad”, y por lo tanto su responsabilidad es conservarla. Al final ya parecía tener prisa y terminó con un “de todas formas, estamos en contacto”.

Después de casi dos meses de silencio institucional, han sido las manos de las compañeras y compañeros, las que siempre están ahí, las que en una fraternal jornada han devuelto la paz al bosque, y nos han recordado que el apoyo mutuo y la acción directa son nuestras herramientas naturales.

¡Ah!, se me olvidaba, también hemos aprendido que hacer o no hacer con “la basura”.

Bitácora 45

En ARREA tenemos un nuevo vecino, un cerdito. No, no me refiero a uno de esos que se manifiestan pidiendo libertad, tomando como libertad básicamente el derecho a no usar la mascarilla. Este es un cerdito de verdad, un mini pig, que otro cerdo ha abandonado, imagino que para irse de vacaciones.

Estos animales están siendo catalogados ya como especie exótica invasora, ya que se hibrida con el jabalí ibérico autóctono, creando lo que han apodado como “cerdolí”.

Parece que a este los paisanos del pueblo lo están alimentando, y los forestales han intentado, como yo, capturarlo sin éxito. Por supuesto, en uno de nuestros encuentros le hice una foto.

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Me resulta inevitable hacer algunas reflexiones al respecto.

Por un lado tenemos un animal creado por la biotecnología, es decir, un Frankestein para la investigación, que se convierte por capricho en la mascota de moda. Al asilvestrarse por la irresponsabilidad de algunos, se crea un problema medioambiental, y la solución que proponen, como no, es su caza.

Por otro lado, quiero recordar que el origen de la actual pandemia del coronavirus, es una zoonosis que llegó a la especie humana a través de la caza. Los cerdos son unos animales genéticamente similares a nosotres, y por lo tanto una formidable fuente de transmisión de nuevos virus, como ya ha ocurrido anteriormente.

No nos andemos por las ramas con distracciones de «mascarilla sí o no». Vayamos a la raíz del problema. Acabemos con el peligroso tráfico de especies exóticas, con las macrogranjas, la deforestación y pérdida de ecosistemas; exijamos una biotecnología ética y, por supuesto digamos no a la caza.

En abril, en plena pandemia, por iniciativa de algunos grupos de la izquierda del sistema, se debatía en el parlamento europeo no la prohibición de la caza, sino tan solo el consumo de la carne derivada de ella como forma preventiva. La medida fue rechazada por 449 votos, 186 a favor y 53 abstenciones.

No hemos aprendido nada. Las armas siguen cargadas, continúa el macabro juego de la ruleta rusa, en la que unos cerdos son culpables y otros inocentes. A ver si mañana, con suerte, puedo capturar a uno de estos últimos, por lo menos para esterilizarlo.

Bitácora 44

¿Deben los animales trabajar? ¿debemos trabajar todes en general?. Recuerdo encendidos debates en charlas con compañeres anarcoprimitivistas sobre estos asuntos. Aunque comparto el tono jocoso de sus consignas como «abajo el trabajo» o «el trabajo mata», para contrarestar la excesiva dignificación de este en la lucha de clases, que puede llevar a un mal entendido y asumido automartirio. Yo siempre quise diferenciar entre trabajo y trabajo asalariado. Defendía que el concepto de trabajo no es malo en si mismo; es solo el esfuerzo que supone conseguir un objetivo, como conseguir una casa o proporcionarse alimento. Otra cosa es el trabajo asalariado, la jerarquía, la explotación, la plusvalía, etc. No me quiero extender demasiado con esto, pero entiendo que el trabajo, del tipo que sea, como impulso vital, creativo, lúdico y autorregulado es saludable y necesario, te da autonomía y te genera confianza, a no ser que seas aspirante a burgués, un asceta, un flipado o un gorrón.

Respecto a los animales domésticos que viven con nosotres, se estima que 300 millones de ellos ayudan a los humanos diariamente en tareas agrícolas en el mundo, principalmente en las zonas más desfavorecidas.  ¿Os imagináis la cantidad de CO2 que se emitiría a la atmósfera si fueran sustituidos por maquinas?. Respecto a los burros, en Facultad de Veterinaria de Utrech, en un congreso específico sobre comportamiento y bienestar animal en burros y caballos; expertos etólogos del Reino Unido, pertenecientes a una ONG para la protección de estos animales, explicaron que uno de los mayores problemas que existen para estos, actualmente, es el aburrimiento.

Estos animales están diseñados evolutivamente por los humanos para trabajar, la fuerza que desarrollan es increíble y quieren constantemente interactuar con nosotres. La 5ª de las libertades para el bienestar animal decretadas por la OIE, dice que, el animal tiene que expresar las pautas propias de su comportamiento. En la naturaleza sus primas más cercanas, las cebras, recorren cientos de kilometros, con numerosas estampidas provocadas por los depredadores. Así que un poco de ejercicio físico es salud, el paseo para ellos es un juego que hasta demandan, siempre en su justa medida, con sentido común, empatia, y por supuesto con mucho cariño.

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Bitácora 43

Hace diez años que instalamos las primeras placas solares en ARREA, descartando el aerogenerador a priori ya que nuestra zona es más soleada que ventosa. Pero en invierno los días son cortos, y este ha llegado con algunas semanas de nubes, tormentas y muy pocos rayos de sol; coincidiendo además con la visita de numeroses amigues urbanítas, con sus ordenadores, móviles, secador del pelo, más electrodomésticos, luces encendidas… En definitiva más gasto energético. Así que decidimos por fin dar el salto a la eólica. Aunque produce menos vatios y sale más caro, siempre tuve la ilusión de tener un molino,  y de nuevo, esto solo ha sido posible gracias a les compañeres que lo hicieron realidad y lo pusieron en pie. Fue una conmovedora jornada de solidaridad rural en acción.

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Estamos cansados de oír que la energía fotovoltaica, eólica y otras alternativas de momento no son viables, que hay que esperar para hacer un cambio progresivo, y otras milongas de propaganda de los esbirros del capitalismo ecocida. No quiero aburriros con cifras, pero haciendo mis números, con la pequeña inversión que hice en su momento dividido por tiempo transcurrido, no he llegado a gastar 15 euros de electricidad al mes. Creo que es algo menos de lo que se paga en los hogares abastecidos por centrales nucleares o quemando carbón en termoeléctricas. Es verdad que la sostenibilidad requiere cierta austeridad, para los que utilizamos energías limpias básicamente consiste en hacer la colada en lavanderías autoservicio, no poner luces de navidad y poco mas… El resultado de este esfuerzo asumible es ni mas ni menos que un planeta vivo y con futuro.

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Así que asumimos la célebre proclama anarquista, «la revolución ha de ser obra de les trabajadores mismes, o no será».

Bitácora 42

En esta nueva entrada, como en algunas anteriores, voy a hacer un poco de labor divulgativa, ya que crear conciencia es una de las intenciones de este modesto blog. Para ello me gustaría aclarar algunos conceptos inicialmente.

Un ecosistema es un conjunto de seres vivos que se encuentran en una zona geográfica. Los hongos, los insectos, las plantas, aves, mamíferos, todos interactúan entre sí y son interdependientes unos de otros, todos están conectados, nada sobra y nada falta, una maravillosa obra de equilibrio generada por millones de años en evolución paralela de los seres que la componen. Tanto es así, que podemos contemplarlo como un súper organismo en su totalidad. Su hermosa y compleja biodiversidad, así como los tiempos que precisa para adaptarse a los cambios, hacen que este súper organismo sea frágil y vulnerable ante cualquier mínima alteración.

Cuando introducimos una nueva especie en un ecosistema pueden pasar dos cosas; que se incorpore a este compartiendo un nicho ecológico en un clima de buena vecindad, como existen múltiples ejemplos, o por el contrario, que se convierta en una amenaza, una plaga dañina que termina con la biodiversidad en beneficio de si misma, haciendo que el ecosistema enferme y muera. A estas ultimas se las denomina especie exótica invasora, y en la actualidad es uno más, de los grandes e  importantes problemas medioambientales a los que nos enfrentamos.

En el bosque de ARREA tenemos una guerra con el ailanto (Ailanthus altissima). Originario de china e introducido como árbol ornamental, se ha convertido en una amenaza en toda la península. Produce una sustancia toxica para el resto de especies y se reproduce con gran rapidez. Al no estar en su hábitat compite con ventaja.

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Aquí vemos en nuestro bosque decenas de hijuelos de ailanto rodeando a las encinas, quejigos y espino albar.

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Este otro ejemplar de más de 20 metros y lleno de semillas es una bomba de relojería para la biodiversidad y el equilibrio de este ecosistema.

Por nuestra parte estamos atajando el problema de forma manual, en una batalla sin tregua, eliminando los ejemplares jóvenes y utilizando los adultos como leña aunque sea de pésima calidad.

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En conversaciones recientes con algunes compañeres me han hecho preguntas como; ¿quien decide que especie es buena o mala?, ¿lo de especie exótica invasora no es como las personas migrantes?, ¿como eres capaz de talar un árbol tan grande y hermoso?, ¿si el ailanto es una plaga aquí por que en china no?.  Espero por lo menos con esta entrada haber conseguido dar una respuesta clara y argumentada a estas cuestiones,  siempre con el objetivo de preservar la biodiversidad y la salud de nuestro amado bosque. Nuestro hogar.