Cuando el invierno se instala definitivamente y lo invade todo, se hacen duras las mañanas en soledad. La leña de la estufa se apagó en la noche, el baño no funciona, se ha congelado, todo es escarcha, el cerrojo esta petrificado, no puedo abrir, y Pedrito con sus rebuznos lleva pidiendo el desayuno desde hace dos horas. Entonces me pregunto, ¿ que necesidad hay ? si podría estar en un pisito de Madrid tranquilamente.
![](https://anarcoecologismo.wordpress.com/wp-content/uploads/2022/01/kora2.jpeg)
![](https://anarcoecologismo.wordpress.com/wp-content/uploads/2022/01/arbol.jpeg)
Miro el huerto, la niebla, el bosque, y me viene a saludar mi nueva cachorra. Entonces se me pasa. No estoy aquí para batir ningún récord ni demostrar nada a nadie, pero creo que la urbe capitalista y depredadora nos avoca al colapso, y solo pretendo en la medida de lo posible, actuar en consecuencia cultivando mis alimentos, generando mi propia energía, reduciendo la huella ecológica y construyendo mi propio hogar, aunque luego claro… todo funcione regular.
Y así, mientras en la ciudad ahora se debate, sobre ganadería extensiva insostenible o macro granjas mas insostenibles todavía, aquí apostamos por un futuro vegetal y por eso estamos creando un bosque comestible. Les compañeres de Hebra Comunidad han plantado decenas de frutales impulsando el proyecto, contagiándonos así del optimismo que necesitamos.